Hay algunos pueblos que necesitan periódicamente un dictador.
Necesitan de la democracia como necesitan de la religión. Solo para sentirse bien viviendo en pecado. Escogen sus gobernantes entre ineptos y corruptos. No hay nadie tan patriota o lo suficientemente filántropo como para abandonar lo suyo para procurar el bien ajeno. La figura del dictador es un mal necesario. Sube al poder por la fuerza, elimina a los corruptos para entonces gozar su propia corrupción. Entonces el pueblo se encarga de derrocar al dictador porque éste no fue elegido democráticamente.
Vitelio Videl Vega Angulo
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