De ahora en adelante si una persona en Panamá declara que no reconoce la autoridad de la corte en especial la Corte Suprema de Justicia entonces estamos a punto de entrar en un estado de anarquía y la perdida del estado de derecho. Esto establece un precedente de que cualquier reo actual y en el futuro pueda declarar que no reconoce la autoridad panameña y por ende no puede ser juzgado. El inicio de una anarquía civil puede desencadenar en la pérdida del orden civil y por ende la perdida de los valores cívicos y morales.
Al perderse el poder judicial se envía un mensaje a nivel local e internacional de que en Panamá por un lado no se puede invertir ya que no existe autoridad y por otro lado puedo invertir porque puedo hacer lo que me venga la gana. Esto espanta a inversores locales y extranjeros honesto a consecuencia de ser reemplazados por corrupción. Lo cual se traduce a la pérdida de protecciones laborales.
A nivel civil se pierde el respeto hacia la autoridad, en ves de utilizar los mecanismos legales existentes, nace la justicia callejera. La justicia callejera siempre lleva a la violencia, ya que se rompe la ley escrita y prevalece la ley del hombre fuerte. Ya vivimos esto en regiones plagadas por violencia por pandillas, personas que aparecen golpeadas, apuñaladas y muchas veces muertas, exigen justicia pero nadie ve nada.
Creo en el estado de derecho y también se que el actual sistema no es perfecto, sin embargo se debe trabajar por mejorar y construir sobre lo existente para enmendar errores y no causar una devolución a la ley primitiva del hombre fuerte.
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