La moto llamada Ave Fénix

Hoy, a petición de mis hijos decidí acompañarlos a ver las festividades del Carnaval de Las Tablas llamados “Culecos”, haciendo la fila donde mi cuerpo era abatido por el inclemente sol y dirigirme hacia lo que parecía una zona de guerra post apocalíptica cuya descripción más cercana era una horda de zombis intentando atrapar los que estaban en la parte superior de los carros cisternas y cuyas mangueras a presión los mantenían alejados, me percate de una escena curiosa de la moto llamada Ave Fénix.

Vi una familia que había viajado desde Argentina, una pareja con dos hijos. Tenían tiendas de campaña en plena vía pública. La moto, aunque curiosa, era escenario de cadáveres y cueros no curtidos correctamente y en estados de putrefacción avanzada. Varios cuernos y decoraciones de “cañaza” en lugares estratégicos como el escape y cubriendo el motor, en son de protección del escape. Los cauchos bastante desgastados, diría que hasta peligroso para rodar en la vía pública.

No tomé imagen del curioso vehículo, pero si recuerdo la escena de paz de los niños jugando curiosamente mientras el padre los vigilaba, recostado en una hamaca tendida entre dos arboles de la vereda pública con una lona amarrada a dichos árboles. La madre en la tienda de campaña, decorando su cuerpo con tatuajes de tinta de heno (tatuaje temporal).

Curiosamente lo que me pareció chocante de esta escena fue la caja con una cartel, en cima del a moto que decía:

Venimos desde Argentina, si van a tomar una foto de la moto, le agradecemos un aporte para ayudar a completar nuestro viaje.

No se si tomar esto como pagar por una exhibición de arte o mendicidad moderna. Si podían hacer esculturas observando los detalles de la moto y la mama sabía hacer tatuaje de heno, en pleno carnaval que las personas les gusta tener una imagen extravagante durante los carnavales, porque mendingar, en vez de ofrecer algo a cambio aprovechando el factor de curiosidad por la moto.

Lo chocante es que no estaban siguiendo la ruta panamericana para haber quedado varados en una ciudad que celebra carnavales, ejemplo la Ciudad de Panamá. Antón, Penonomé, Santiago, David. Estaban en Las Tablas, una ciudad que los desvía aproximadamente 120 km de la ruta panamericana. Será intencional o posiblemente se desviaron pensando que iban a tomar la ruta escénica, solo para sorprendentemente estar en la ciudad cuyos Carnavales son generalmente considerados los mejores más grandes del país.

Los niños parecían estar bien alimentados y con buena salud, pero como padre de familia de dos, siento que es sumamente peligroso tomar un viaje en una sola moto para una familia de cuatro integrantes.


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