Alguna vez te has preguntado ¿Cuánto papel moneda en comparación al total de tus ingresos todavía utilizas para completar transaccione? Podría decirse que cada vez disminuye, a medida que penetran los sistemas de pago digitales, ya sea por vía de ACH utilizando la banca en línea, por vía de plástico por tarjeta de débito o crédito o por medio de alguna cartera digital tipo PayPal. Por el crecimiento del comercio en línea y los peligros asociados con el uso de efectivo como medio de pago, cada vez se conduce menos negocio por vía de moneda física.
El papel moneda en un principio se desarrolló como un sistema de créditos para facilitar el intercambio de bienes y servicios, con un ente que garantizaba que dicho papel tenía un valor. Con sus origines en China alrededor del siglo XII, donde el Emperador era el garante del valor de dicho papel moneda. Este inventó fue sumamente lucrativo y facilitó el desarrollo de la ruta de seda permitiendo eventualmente llevar el concepto a Europa, expandiendo así el intercambio comercial y por defecto cultural de las regiones involucradas.
En principio, el papel moneda era una deuda o un depósito, una cantidad de un bien en un silo o bodega puede retirarse con esta nota de crédito. Pero, la consecuencia de esto es que, habría que hacer innumerables enmiendas a dicha nota, e irla fraccionando y aumentando a medida que se iba haciendo negocios o inclusive acumulando varios diferentes tipos de notas de crédito que luego tendrían que ser movidas o revendidas. Eventualmente, las notas tomaron forma con denominaciones y los bienes y servicios se tasaban a un valor de una denominación de dichas notas de crédito, simplificando en gran manera darle un valor numérico a cualquier bien y servicio.
Luego vinieron dos tipos de problemas graves, la falsificación de las notas de crédito, que le restaron credibilidad a las mismas y lo que luego se vino a conocer como banca fraccionaria. Lo cual creo lo que hoy día conocemos como el mundo de las inversiones en bienes derivados. Pero en su momento causaron estragos en los depositantes y falta de liquidez para los solicitantes de créditos. Aunque todo esto fue necesario para desarrollar el sistema monetario actual con sus diferentes variaciones las políticas monetarias únicas de cada país y región.
Y ahora estamos viendo el retorno de las notas de crédito con un valor denominado, el cual refleja en un estado de cuenta mensual o por transacciones detalladas para un tiempo determinado. Hemos vuelto al estilo de manejar notas de crédito del pasado, aprovechando los beneficios de la tecnología actual. Por ende, el dinero se ha vuelto digital. Siempre fue un concepto abstracto, se le daba valor a un papel o moneda física, ahora se le da valor a un número reflejado en una pantalla.
El sistema de dinero digital, en cierta manera es más difícil de falsificar, aunque es más fácil de trasladar y por ende ser víctima de un ataque informático, pero ya es responsabilidad del usuario de dichos servicios de dinero digital, investigar y tomar un riesgo educado a quien depositará su confianza para depositar su dinero. De igual manera, puede existir mal manejo de los fondos por la misma institución, como es solo presionar un botón y adjudicas dinero a una cuenta, puede que la entidad mienta sobre sus estados financieros reales. A la final, todo sistema viene con riesgos. Pero, en este caso, los beneficios y facilidad de poder comprar y vender bienes y servicios a nivel local e internacional con solo esperar que se apruebe la transacción, mejora las condiciones para todos.
Existe resistencia al uso de sistemas completamente digitales, por su poca privacidad, ya que toda transacción puede ser rastreada
En perspectiva me ha parecido interesante el retorno a las notas de crédito, y el paulatino desface del papel moneda.
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