Soy una persona que sufre de una condición crónica conocida como síndrome de Meniere. La cual consiste en dolor de oído, silbido en el oído afectado, perdida de audición progresiva y episodios de vértigo. Las molestias aunque continuas suelen ser manejables, siempre y cuando sea responsable con cómo me manejo en mi diario vivir. La cosa es que abuse de las tolerancias de mi cuerpo.
Esta es una condición donde el exceso de fluidos causa una inflamación en la cóclea del oído, la cual presiona contra el nervio vestibular y el nervio estatoacústico. Al igual que otras condiciones donde las acumulación de fluidos son un problema, se recomienda disminuir la ingesta de sal y para evitar episodios de vértigo, se recomienda evitar el exceso de estimulantes como el café, chocolate y hasta condimentos muy picantes.
Bueno como todo es acumulativo, en ocasiones no es de inmediato que uno sufre un episodio grave de dolor de oído acompañado con todos los otros malestares, aunque la molestia del oído en sí es crónica. Puede ser una serie de eventos que lleven a un episodio grave. Y bueno, me declaro culpable de hacer trampa con mi propia dieta.
Suelo tomar café “aguado” una vez por día y comidas relativamente hablando saludables, con sal moderada tirando a magra. En este caso descubrí uno platanitos salados bañados en limón, muy sabrosos por ciertos. La lógica del goloso me hizo pensar, bueno, son salados, están buenos pero como tienen limón, y son ácidos, son un diurético natural, así que se contrarresta el mal. Luego me tome varios vasos de soda de dieta cafeínada para finalmente tomar un café en la tarde.
Ahora estoy penando el dolor, y bebiendo mucha agua para ayudarme a literalmente orinar el exceso de sal y cafeína que tengo en el cuerpo en estos momentos.
Buscar los limites de su propia resistencia es bueno, pero sepan, que puede conllevar consecuencias graves. Por suerte en mi caso es pasar un mal rato.
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