Por un lado, están los que, por razones de las industrias directamente impactadas por la pandemia, han tenido que suspender sus labores, también están la personas que son consideradas esenciales y han tenido que seguir laborando y a la vez arriesgando su vida. Toda persona que ha tenido que seguir trabajando está arriesgando su vida y esto causa un bagaje emocional.
La desmotivación laboral puede venir de varias fuentes, entre ellas, problemas en el hogar, problemas con colegas, mala administración o simpe desgaste por rutina. En algunos casos se pueden tomar correctivos, en otros o el empleado busca alternativas o el empleador debe implementar mecanismos para mejorar las condiciones que permita retener personal.
Durante la pandemia, los trabajadores que siguen laborando, están anuentes a todas las falencias de nuestros gobernantes y necesidades que están teniendo sus seres queridos, amistades e inclusive vecinos. Esto tiene un impacto, por un lado, la persona se siente con suerte, por otro lado, le duele no poder hacer más, puesto que, si reparte lo poco que tiene, no le alcanza para cubrir sus propias necesidades.
A nivel personal, se debe intentar a toda costa, desvincular la vida privada de la vida laboral. Buscar temas o actividades que puedan ayudar a despejar la mente de la rutina diaria laboral. A nivel laboral, se debe conversar con la administración de la empresa si se tiene buena relación, explicar y conversar sobre que está causando la desmotivación.
Por parte de la empresa, debe estar pendiente, si es un empleado excepcional y ha tenido repentina baja de productividad o está actuando fuera de su patrón normal, se debe intervenir, en especial si suele ser un aporte positivo para la misma. Todo con la intención de evitar tener que despedir y rotar el personal, algo que es costo en tiempo y recursos que toma reemplazar al mismo.
A la final, la decisión siempre está en uno mismo, si decide continuar o buscar nuevos caminos. Pero lo importante es salir con la frente en alto y cumplir con las responsabilidades laborales. Uno nunca sabe que giros de la vida, y toque trabajar con las mismas personas.
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